Representante de profesores

  • Del tablero a la pantalla

    Por: Teodoro Gómez G.
    Docente de la Universidad La Gran Colombia



    El paradigma educativo presencial ha cambiado, llegó la virtualidad con ganancia de terreno y poder, mientras los salones de clase permanecen vacíos y silenciosos, como recuerdos de la docencia presencial del ayer.

    En miles de hogares distantes del claustro académico las pantallas se encienden de los televisores y los celulares para recibir las teleconferencias o teleclases de los maestros que nos ingeniamos estrategias para que los alumnos asimilen a plenitud el mensaje orientador de nuestras cátedras diurnas y nocturnas.

    Nuestra Universidad La Gran Colombia con anticipada visión de futuro tenía lista su virtualidad por iniciativa del señor rector, doctor Marco Tulio Calderón, y del señor vicerrector, doctor Hernán Olano García, con el apoyo de los ingenieros Nelson Castaño y Daniel Rocha que lideran equipos de funcionarios expertos en zoom, moodle y otras técnicas pedagógicas virtuales, con el apoyo académico además de las decanaturas y de los docentes previamente capacitados para el ejercicio de las cátedras teledirigidas.

    Hemos avanzado a una ultrapostmodernidad globalizada que Marshall Mc Luhan, el filósofo de las comunicaciones, llamara la aldea global, de distancias inmediatas en el tiempo y en el espacio, argumento de su libro “La Galaxia Gutenberg”, y de su frase: “El aleteo de una mariposa en Alaska se percibe de inmediato en la Patagonia, a la velocidad de un clic”.

    La virtualidad expuesta por Jaron Lanier (1985) viene de la palabra latina “Virtus, virtutis”, que significa fuerza o eficacia, que en este caso consiste en acortar las distancias del tiempo y del espacio, una nueva forma de habitar el mundo en esta era del conocimiento robotizado, cibernético y digital, experiencia muy familiar a los estudiantes centennials. o cibernautas, expertos en consultar instantáneamente libros, autores, teorías, bibliotecas, palabras, paisajes, música y todo lo de su imaginación y gusto, lo propio de las megatendencias de las redes sociales que nos comunican de inmediato con otras personas en cualquier rincón del mundo.

    La virtualidad en nuestra Universidad La Gran Colombia es una experiencia de vida innovadora “Mutatis mutandis”, cambiando las cosas que deban ser cambiadas. Vendrán diálogos abiertos entre directivos, maestros, alumnos y padres de familia, porque la virtualidad toca los linderos de la ética, de la psicopedagogía y de la neurociencia de hoy y del futuro.

    Los psicopedagogos analistas dirán cuáles son las ventajas de la virtualidad educativa para priorizar una educación de alta calidad con el trabajo bidireccional colaborativo entre docentes y educandos basados en hábitos de responsabilidad y disciplina.

    Las plataformas e-learning de aprendizajes electrónicos simulan ambientes de aulas de clase y permiten foros, pizarras electrónicas, cuestionarios interactivos, bibliotecas virtuales, vídeos, archivos de audio, juegos didácticos y chats, con el aporte técnico del zoom, moodle, chamilo, canvas o sakai y otras plataformas como el mail de correo electrónico y comunicación sincrónica.

    A estas alturas de mayo, casi al final del primer semestre lectivo, el claustro académico ha vivido esta etapa de la pandemia, pan demos, de todo el pueblo, sin claudicar de la educación que es un bien primario y raíz del futuro de la patria, como bien lo escribiera Jacques Delors en su libro: “La Educación encierra un tesoro”.