Derecho

  • 70 años del Programa de Derecho Breve historia y visión General

    En 1951, Colombia aún se encontraba en un momento crítico por las revueltas del bogotazo de 1948, que habían generado una situación de caos, en razón a la misma esencia humana compuesta por la contradicción entre lo natural y lo histórico. Ante esta situación, el historiador, filósofo y pedagogo Julio César García Valencia manifestaba que aquella crisis no se hubiera incubado si se hubiera impartido formación superior a la clase popular y trabajadora.

    Para tal efecto, previó dos pilares que consideró prioritarios ante el caos: reconstruir la ciudad, con arquitectos formados humanísticamente, y, con abogados preparados en la normativa jurídica para recrear la renovación del tejido social y asegurar la convivencia pacífica. Por esto, con un carácter eminentemente providencialista y con el apoyo de ilustres amigos, Julio César García dio vida a la Universidad La Gran Colombia, fundación que se refleja en una afirmación simbólica: haber construido el proyecto formador en alta mar, con todas sus vicisitudes, en una balsa de dos leños (Derecho y Arquitectura).

    Trabajadores y mujeres

    El proyecto surgió para ofrecer estos programas en la jornada nocturna a la clase trabajadora y a la mujer, que en esos tiempos estaba dedicada a la formación de los hijos en el ámbito de su hogar. La finalidad del programa de Derecho no fue otra que aquella que, años después, el maestro Darío Botero Uribe (1997) expresara en estos términos: “... en una sociedad basada en el conocimiento, la violencia, por lo menos algunos tipos de violencia, revela su carácter desueto, su inadecuación. El conflicto adquirirá cada vez modalidades más sutiles, más ingeniosas, más intelectuales. El derecho tiene que prepararse para la sociedad que se vislumbra, que en alguna medida ha comenzado ya... el orden jurídico social es la única forma capaz de dinamizar el mundo jurídico, de imprimirle la dinámica que implican los tiempos. Más derecho y menos leyes, podría ser la tendencia... Un orden comporta el encausamiento de la interacción social, es una forma de entender y practicar la convivencia. No se puede vivir sin unas reglas mínimas que regulen la forma de interactuar. Sin un orden rige el capricho, la imposición, la violencia”.

    Primer plan de estudios

    La formación de los abogados en la Facultad de Derecho de la Universidad La Gran Colombia comenzó a impartirse desde los albores de 1951, con el plan de estudios que ofrecía entonces la Universidad Nacional de Colombia a los estudiantes diurnos. Se admitieron 25 estudiantes, de 40 aspirantes que se presentaron, y el programa se impartió con una intensidad de 40 semanas por período académico.

    El primer Decano de la Facultad de Derecho fue el exministro Jesús María Arias y los primeros profesores, los doctores Abel Naranjo Villegas, Guillermo Chávez Chávez, Arturo Valencia Zea, Carlos Medellín, Augusto Hanabergh y Julio César García Valencia.

    El programa de Derecho fue reconocido oficialmente en los términos de la resolución número 0221 del 8 de febrero de 1954 del Ministerio de Educación Nacional. Posteriormente, se le otorgó el registro calificado, según la resolución número 91 del 14 de enero de 2005, registro que periódicamente se ha venido renovando.

    Además, la administración del programa ha asumido los procesos de cualificación académico-administrativa con miras a obtener el reconocimiento de la Acreditación de Alta Calidad.

    Decanos en los 70 años

    Durante estos 70 años, la Facultad de Derecho ha sido orientada por los siguientes Decanos:

      Jesús María Arias (1951-1953)

      Roberto Escallón Ricaurte (1952)

      Belisario Betancur Cuartas (1957)

      Julio Eduardo Santos S. (1957)

      Carlos Echeverry Herrera (1958)

      Alejandro Córdoba Medina (1959)

      Jorge Cardozo Isaza (1960)

      Pedro Arturo Sanabria Niño - (1961-1964 y 1965-1969)

      Abelardo Posada Riveros (1964)

      Hugo Vela Camelo (1969 - 1976)

      Eduardo Kronfly (1976)

      Jorge Echeverry Herrera (1976 – 1977)

      Reynaldo Arciniegas Baedeker (e) (1977)

      José Ignacio Talero Lozada (e) (1977)

      Julio Eduardo Santos Salgado (e) (1978)

      Luis Fernando Paredes Arboleda (e) (1978)

      Clímaco Giraldo Gómez (1979)

      Francisco Sierra Jaramillo (e) (1979)

      Ronaldo Camacho Lara (1980)

      Luis Alfredo Rey Rey (e) (1980)

      Raimundo Mendoza Arouni (1981)

      Rafael Leal Landazábal (1982)

      Manuel Narciso Rodríguez Jiménez (1983–1989)

      Rafael Antonio Chaves Posada (1989-1990)

      Jesús María Hermida Molina (1991)

      Manuel Narciso Rodríguez Jiménez (1992 -1994)

      Jesús Alberto Hernández R. (1994)

      Luis Mario Peña Marmolejo (1995 – 1997)

      Rafael Beltrán Bejarano (1997)

      Carlos Freddy Navia Palacios (1997-1999)

      Marco Tulio Calderón Peñaloza (1999 – 2002)

      Hernando Salcedo Tamayo (2002)

      Guido Taborda Fernández (2003 – 2005)

      Gloria Inés Quiceno Franco (2006- 2020).

      Ligia González Chaves (Junio de 2020 hasta la fecha).

    Diferentes sedes

    La Facultad de Derecho ha ocupado distintas edificaciones en el centro de Bogotá. Durante la historia de servicio no solo a la capital, sino también a la región central y a toda la nación, el programa de Derecho inició sus labores en el centro de atención a la niñez y la juventud (antiguo Hospicio), en la carrera 8a. entre calles 18 y 19 y de allí pasó al edificio Terraza Pasteur, de la carrera 7a. con calle 23. Luego estuvo en la calle 15 entre carreras 12 y 13. Posteriormente, en el edificio Tricotín, en la carrera 9a. entre calles 17 y 18. Luego pasó a la esquina de la carrera 6a. con calle 14 y finalmente a la carrera quinta entre calles 13 y 14 (antigua denominación), en el moderno edificio que antes ocupaba la Facultad de Posgrados.

    Perfil del estudiantado

    Inicialmente, el estudiantado fue prioritariamente nocturno y adulto. Como diría un antiguo alumno, la mayoría “con una amplia experiencia en todos los campos, e incluso, algunos con gran conocimiento legal por trabajar en juzgados, fiscalías, Procuraduría y otras entidades. Esto permitió un constante interactuar entre compañeros, quienes, de manera desprevenida y colaboradora, compartían sus experiencias’’.

    Igualmente, con el docente se produjo y se produce una retroalimentación en los conocimientos, como se dice en la Revista Alma Mater (Edición Bodas de Oro).

    Hoy se ha ampliado el espectro del claustro, pues los jóvenes estudiantes han venido repoblando las aulas en la jornada diurna y nivelando, por tanto, la necesidad de atender esta nueva población pujante y creciente para cuyos efectos la Universidad y la Facultad vienen fortaleciendo los procesos académicos con el fin de preparar profesionales capaces de atender los embates de la globalización, preparándolos especialmente en el manejo de lenguas extranjeras y normas internacionales, a través de cursos de idiomas, congresos internacionales y seminarios en universidades de otros países.

    ¡Jamás se detendrá el sueño grancolombiano!