Vicerrectoría

  • Resiliencia educativa

    Por: Hernán Alejandro Olano García
    Vicerrector de la Universidad La Gran Colombia



    La resiliencia es un término que apareció a mediados del siglo XX y que con ocasión de esta crisis sanitaria ha salido a reflote, considerándose que es “un aspecto del desarrollo humano que destaca las fortalezas y oportunidades que existen en los individuos, los grupos y la sociedad, para permitir que personas que han crecido en contextos desfavorecidos y conflictivos, en situaciones de riesgo y de estrés continuado, puedan desarrollarse con normalidad” (Uriarte, 2006).

    Por tanto, en materia educativa, la resiliencia (otros hablan de reinvención), es un modo de vivir la crisis, es liberar la imaginación, reflexionar, debatir, analizar, abrirse a nuevas experiencias de forma positiva.

    Según la Unesco, 24 millones de estudiantes de educación superior y un millón y medio de docentes universitarios se han visto afectados directamente por el cierre temporal e indefinido de las instituciones de educación superior, cierre urgido por el principio de salvaguarda de la salud de la comunidad universitaria, a causa de la pandemia de la coronavirus tipo covid-19, lo cual ha propiciado una revolución significativa en la forma que hacemos y entendemos la Educación Superior en la Universidad La Gran Colombia, donde lo más importante, desde el mes de marzo, fue la habilidad para reaccionar, gracias al inicio de la formación en ambientes virtuales de aprendizaje (AVA) para nuestros profesores desde hace una década, lo cual requirió en este momento actualizar sus conocimientos para la utilización de las plataformas Zoom y Moodle, en el marco de mejorar la calidad educativa.

    El Documento Conpes 3988 del pasado 31 de marzo fue premonitorio en cuanto a la transformación de la educación y lo que vendría con la pandemia, puesto que en Colombia, por más de dos décadas se ha apostado por la integración de las TIC en los procesos educativos y, nuestra Universidad no ha sido ajena a ella, tanto que en su Visión a 2025 ha incluido como propósito el que seamos referentes del tema a nivel internacional, cuando los avances de la cuarta revolución industrial nos permitan continuar con la creación de tecnologías digitales emergentes como la realidad virtual, computación en la nube, realidad aumentada, libros digitales, entre otros, que habilitan la transformación de las prácticas de aprendizaje y sobre los cuales esperamos fortalecer nuestra oferta este mismo año.

    Los líderes de gestión hemos tenido que enfrentarnos a la presión de modificar la estructura presencial a virtual o apoyo en línea para el complemento del aprendizaje y de los recursos educativos más modernos y más renovados para una transformación educativa radical.

    Las tecnologías digitales facilitan la conformación de entornos que permiten desarrollar experiencias significativas de aprendizaje. Para muchos, la primera dificultad fue someterse a la presencialidad asistida por virtualidad, a las extensas jornadas frente al computador –cuando se tenía-, a la “caída” de internet, al cúmulo de tareas que los docentes asignaban durante la sesión sincrónica para desarrollar en la sesión asincrónica, así como en las horas de trabajo independiente que definen los créditos de cada asignatura, pero, ante los reclamos, la realidad y finalmente las nuevas perspectivas de una mediación virtual, la alternancia de la presencialidad –blended learning- y la renovación de los materiales de las asignaturas por los docentes, pues en muchas instituciones, se ha generado lo que se ha dado en llamar Corona teaching, que no es otra cosa que la expresión aplicable a estudiantes y docentes de sentirse abrumados con el nuevo sistema, así como con la utilización de los recursos tecnológicos disponibles para recibir o dictar sus cursos, como si siguieran en situación de aula física. Para que las estrategias se vayan enriqueciendo, la Universidad reforzó en el período intersemestral la formación de su cuerpo de profesores con el Plan de Cualificación Docente de la Vicerrectoría Académica y la Dirección de Docencia.

    Con relación a los estudiantes, la Unesco - Iesalc (Instituto Internacional de la Unesco para la Educación Superior en América Latina y el Caribe) ha identificado niveles significativamente bajos de competencia de autorregulación y disciplina, que impiden el éxito de un programa de educación con apoyo de la virtualidad, a lo que se suma la pérdida del contacto social o familiar.

    El aumento para la Universidad de los costos asociados con el cambio repentino a las clases en línea, así como para los estudiantes, que en un 3% no tenían acceso a la conectividad, requirió de la implementación de una estrategia disruptiva, que en la mayoría de los casos integró y articuló al estudiante y a su familia con el Ecosistema de Innovación Educativa, lo que implica un equilibrio en la formación: profesor – estudiante – institución – estudiante – profesor, así como el desarrollo de las competencias del siglo XXI en materia educativa: el pensamiento crítico, la resolución creativa de problemas, la comunicación, la confianza y la colaboración.

    Para la Universidad La Gran Colombia, que alberga un grupo estudiantil que en un 84% corresponde a estudiantes de los estratos socioeconómicos 2 y 3 de la población, el reto ha sido grande, porque sabiendo que somos un gran proyecto social y educativo, tal y como fue concebida desde sus inicios en 1950, nuestros estudiantes no cuentan en su gran mayoría con medios electrónicos para asumir su proceso formativo, razón por la cual desarrollamos el Plan Padrino Tecnológico, sumado a la entrega de computadores de la Universidad a los mejores cincuenta promedios, entre los estudiantes que diligenciaron la encuesta de caracterización de quienes no contaban con equipos para seguir sus clases adecuadamente.

    Del mismo modo, la Coordinación de Permanencia y Graduación desarrolló campañas de entrega de mercados y elementos a estudiantes y sus familias, basados, no solo en el principio de solidaridad, sino en aquel proverbio “Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha”.

    Hemos tenido experiencias significativas e innovadoras, que responden a las necesidades del contexto, siguiendo su identificación previa, su fundamentación teórica y metodológica coherente y buscando generar un impacto en la calidad de vida de la comunidad grancolombiana. Por eso, continuaremos desarrollando nuestro objeto misional: prestar el servicio público de educación con calidad y a precios razonables sin ánimo de lucro.

    Hemos honrado los compromisos de nómina durante este tiempo para el personal administrativo y docente, así como con las becas, descuentos y plazos que se otorgan a los estudiantes, particularmente esta Universidad concebidas para la clase trabajadora, por lo cual, se creó, con un aporte voluntario y solidario de los consiliarios, directivos, docentes, administrativos y personal operativo, el Fondo de Becas Julio César García, para apoyar a nuestra comunidad estudiantil.

    Somos ahora una sociedad digital, que se define como la sociedad moderna que integra y adopta las tecnologías de la información y las comunicaciones en el hogar, el trabajo, la educación, la política y la recreación (Libre Research Group, 2019). Las personas utilizan y apropian los medios digitales para participar activamente en los diferentes ámbitos de la sociedad. Por eso, para un retorno seguro de los estudiantes a las aulas y previendo que el virus del covid -19 estará por muy largo tiempo según declaraciones del Director General de la OMS, consideramos necesario continuar con la presencialidad mediada por la virtualidad para ser ejecutadas de manera remota a través del uso de la TIC, en razón a ello y ante la responsabilidad compartida que nos asiste frente a la emergencia y, aplicar para laboratorios y prácticas el modelo de alternancia que autoricen los gobiernos Nacional y Distrital, aun sabiendo que hay actividades que requieren la interacción humana y más, en los escenarios académicos.

    Nuestras metas comunes en este nuevo período, son apoyar la construcción del proyecto de vida de cada grancolombiano, aportando lo mejor, fortaleciendo los objetivos de aprendizaje, comprendiendo que estamos inmersos en una crisis mundial que no se detiene, pero en la que sí podemos ser más positivos en el hablar, el sentir, el pensar y el actuar. Adicionalmente, debemos recuperar, crear y rediseñar, entre otras estas tareas:

      Avanzar en la transformación digital, como herramienta de respuesta a la emergencia académica y transformación de la educación superior, no ha sido solo de nuestra Universidad. Harvard, Cambridge, MIT, UCLA, sólo por nombrar algunas de las más importantes del mundo, pusieron pausa a todas las clases presenciales, eventos académicos y demás servicios, para desarrollar sesiones únicamente con lecturas y conferencias en línea.

      Continuar con el apoyo de los profesionales de psicología y medicina de la Dirección de Bienestar Universitario.

      Fortalecer la comunicación con la Coordinación de Permanencia y Graduación, para identificar tempranamente dificultades de los estudiantes.

      Generar más "canales abiertos" para los estudiantes a través de las Mesas de Ayuda –Help Desk-.

      Humanizar las clases con mediación virtual, mediante un diálogo más extenso en cada sesión entre profesor y estudiantes, con el apoyo de monitorías y programas de nivelación y apoyo a través de tutorías ofrecidas por las Facultades y Programas, así como por las áreas transversales como el Centro de Ética y Humanidades y AFI.

      Incentivar la movilidad académica virtual, a través de intercambios, cursos, asignaturas espejo con otras instituciones y webinarios, entre otros, que permitan hacer una internacionalización desde casa.

      Promover la reflexión interna sobre la renovación del modelo de enseñanza y aprendizaje, mejorando el impacto pedagógico de la alternancia entre presencialidad física y presencialidad asistida por la virtualidad, que llegó para quedarse.

      Promover la utilización de herramientas complementarias a Zoom y Moodle, como Teams e incluso WhatsApp.

      Superar el 97,4% de presencialidad asistida por virtualidad en nuestras sesiones de clase.

      En el caso de nuestros posgrados, seguimos construyendo Universidad y transformando sociedad, por esa razón, para facilitar el intercambio y aplicación de los saberes y conocimientos que son los pilares de nuestras especializaciones y maestrías en investigación, continuaremos con el excelente desarrollo de presencialidad asistida por la virtualidad, hibridación o aprendizaje ubicuo, también denominada continuidad pedagógica de emergencia, contraponiéndola así a las capacidades y recursos que habría exigido una educación superior a distancia óptima, lo que está acorde con la reciente Política Nacional de Apropiación Social del Conocimiento, que busca la consolidación de una sociedad con la capacidad de generar, innovar y apropiar conocimiento científico – tecnológico desde el pregrado y los posgrados.

      Algunos, como el presidente de Ascún, han hablado de tres tipos de posgrados, (I) los Premium, en los campus universitarios, con alto precio, así como el relacionamiento –networking-, que genera la presencialidad; (II) Los HiFlex, que combinan presencialidad y virtualidad, y (III) los posgrados netamente virtuales. Pues bien, nuestra Universidad se va por la combinación de estos tres tipos de posgrados: calidad, buen precio, relacionamiento, registro que permite la presencialidad, la combinación de presencialidad y virtualidad y los posgrados virtuales, porque de las crisis también surgen las oportunidades y la nuestra es garantizar, como dice nuestra acta fundacional, para nuestra comunidad universitaria –magistrorum et scholarium- #unaexperienciadevida.