Derecho y Ciencias Políticas y Sociales

  • Ligia González Chaves
    Nueva Decana de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales.
    Estudios realizados: es abogada de la Universidad La Gran Colombia y especialista en Derecho Administrativo de la Universidad Santo Tomás y en Administración de Negocios de la Universidad Sergio Arboleda. También tiene una maestría en Planeación de la Pontificia Universidad Javeriana.
    Cargos desempeñados: ha sido representante Legal de CR Bogotá Occidente, Gobernadora Distrito 4281 de Rotary Internacional, jefe de la Unidad de Derecho Público de Legis Editores y asesora jurídica en importantes entidades públicas.





    Reformas a la justicia y a la formación de los abogados

    Una grancolombiana asume la
    decanatura de la Facultad de Derecho
    y Ciencias Políticas y Sociales

    Tomado de Ámbito Jurídico



    Hay dos hechos que han sido noticia recientemente en la Universidad La Gran Colombia: la designación de Ligia González Chaves como nueva decana de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales, así como el lanzamiento de su Consultorio Jurídico y Centro de Conciliación Virtual.

    La nueva decana habló sobre su designación, los retos de su gestión y el examen habilitante para ejercer la profesión, entre otros temas.

    ÁMBITO JURÍDICO: Teniendo en cuenta su nombramiento como nueva decana de la Facultad de Derecho de la Universidad La Gran Colombia, ¿cuáles serán los principales retos de su gestión?

    Reformas a la justicia y a la formación de los abogados

    Ligia González Chaves: Las facultades de Derecho tienen un enorme desafío y una gran responsabilidad en el proceso educativo de los futuros abogados. Por ello, debemos trabajar mucho y, así mismo, estar a la vanguardia de las necesidades que hoy tiene la sociedad, y ponernos al día en tecnología y en los nuevos retos de la profesión jurídica. Vamos a trabajar para que la facultad continúe ofreciendo una educación de calidad, seguiremos avanzando al mundo digital, fomentaremos la investigación y el emprendimiento, los idiomas y proyectarnos a la internacionalización. Es bueno decir que, en Colombia, la justicia está siendo cuestionada y requiere una reforma, al tiempo que la formación de los abogados también la necesita.

    Á. J.: Ayer estudiante y hoy decana: ¿cuáles son los valores más importantes que definen a un profesional de la Universidad La Gran Colombia?

    L. G. C.: Los profesionales de la universidad tenemos vocación para aspirar a los cargos, y su rector, Marco Tulio Calderón Peñaloza, quiere que los grancolombianos colaboremos en la construcción de un proyecto novedoso para el progreso de nuestra comunidad universitaria. Me compromete como grancolombiana esta invitación y pondré lo mejor de mí para esta hermosa tarea. Vale la pena decir que La Gran Colombia está cumpliendo 70 años de existencia y ha formado a más de 70.000 profesionales, que se encuentran dispersos por toda la geografía nacional, tanto en el sector público como el privado, con un actuar de servicio y calidad. Las cifras lo dicen todo.

    La universidad permanece sólida en sus valores, pues somos una institución dedicada a la defensa permanente de nuestros valores de solidaridad, cristianos, bolivarianos y culturales.

    Á. J.: Háblenos del lanzamiento oficial del Consultorio Jurídico y Centro de Conciliación Virtual.

    L. G. C.: En el año 2019, el consultorio jurídico de la Universidad La Gran Colombia atendió 14.568 asesorías jurídicas, 5.400 procesos, 4.884 solicitudes de conciliación, y el Centro de Conciliación de Arbitraje tramitó 263 solicitudes, con el apoyo de 1.925 estudiantes de Derecho y 14 docentes.

    Y es que nuestra institución universitaria ha sido pionera en la creación del consultorio jurídico (50 años de vida), para ayudar a los menos favorecidos a resolver sus conflictos. Al no poder atender a las personas presencialmente, por la pandemia del coronavirus (covid-19), y teniendo en cuenta que la proyección social es uno de los ejes fundamentales de la universidad, avanzamos al Consultorio Jurídico y Centro de Conciliación Virtual. En el primer semestre de este año, se han atendido 1.428 personas en asuntos familiares, laborales, tutelas y derechos de petición.

    Á. J.: La disrupción digital y las TIC en el Derecho ya son una realidad por el covid-19, ¿cómo debe ser el nuevo perfil profesional del abogado en esta materia?

    L. G. C.: El mundo de las tecnologías y de la información nos ofrece nuevas formas de conexión. Los abogados no somos ajenos a esta evolución, estamos aprendiendo, evolucionando y adaptándonos, para ser más eficientes en la educación, en el ejercicio de la profesión y en las nuevas relaciones que la sociedad va creando, en donde el Derecho debe estar atento y ser pionero en su desarrollo legal. Por esta razón, debemos prepararnos para el presente y el futuro.

    Á. J.: ¿Qué enseñanzas deja esta emergencia sanitaria?

    L. G. C.: Me parece que todo es una enseñanza. Estamos redescubriendo lo frágiles y fuertes que somos los humanos, lo descuidados que hemos sido con nuestra madre tierra, la revaloración de lo importante y de lo urgente en lo familiar, social, laboral y económico. La vida y nuestro comportamiento sociopolítico siempre serán objeto de estudio. Los invito a cuidar la salud personal y de sus familias.

    Á. J.: Sanciones contra abogados y diseño curricular son dos temas que siempre son actuales en la academia jurídica, ¿cuáles son sus percepciones?

    L. G. C.: La universidad ataca este flagelo de las sanciones disciplinarias contra los profesionales del Derecho con la formación integral en ética. Respecto al segundo tema, se debe sostener que el currículo de los programas de Derecho es dinámico y se actualiza de acuerdo con los tiempos y las necesidades de cada generación.

    Á. J.: ¿Cuál es su concepto sobre el examen habilitante por parte del Estado para ejercer la profesión jurídica?

    L. G. C.: No hay que tenerle miedo a la evaluación. Los profesionales del Derecho, hasta el final de nuestras vidas, siempre estamos estudiando, porque la sociedad es cambiante y nosotros debemos cambiar con ella. Lo que no se evalúa no se mide. Es una medición que sirve para que mejoren todos los actores del sector educativo.